En el blog de la semana pasada hicimos un breve recuento de la historia de los empaques de cerveza, y en esta ocasión continuaremos con la temática al comparar los pros y contras de las botellas y las latas.
Como ya hemos mencionado, la botella es el empaque preferido por tradición. Y tiene varias ventajas: permite el proceso de fermentación de cervezas tradicionales, es reusable y reciclable y otorga un toque rústico y artesanal. Es el método preferido de muchas microcervecerías debido a la sustentabilidad y facilidad de utilización.
Sin embargo, las desventajas que tienen las botellas son numerosas; son altamente susceptibles a cambios de sabor debido a la exposición a la luz, se oxidan más fácilmente, tienen un tiempo de vida menor, son más pesadas y frágiles que las latas.
Las latas, por otro lado, son más fáciles de transportar y almacenar, ya que tienen un peso menor y un tiempo de vida mayor. Son especialmente buenas para la conservación del sabor, ya que cierran de forma hermética y no exponen la cerveza a la luz.
En cuanto a desventajas, las latas son peores que las botellas para conservar temperatura, por lo que se calientan más rápido. A pesar de que el sabor de la cerveza no se ve afectado, un olor metálico puede llegar a sentirse debido al aluminio de la lata. Además, los sistemas de enlatado son más caros y complicados de usar que los de embotellamiento.
A pesar de todo, actualmente se puede decir que la preferencia entre botellas y latas es completamente personal y que no existe un producto superior que el otro.
TheBeerLabTeam
Fuente: Stuff every beer snob should know de Ellen Goldstein